El Dr. Oliver conoce la conexión que las personas tienen con sus mascotas desde una edad temprana. Esto lo aprendió basándose en su propia conexión con su amada perra, Jessica, quien era su fiel compañera. A medida que Jessica crecía, se dio cuenta de que era más feliz cuando podía ayudarla a sentirse mejor o remediar los dolores y molestias que surgían con la edad.  Más tarde, durante sus años de escuela secundaria, la pasión por ayudar a los animales continuó creciendo y por ser un defensor de ellos.  Fue entonces cuando decidió que quería ser veterinario y el sueño de su vida comenzó a hacerse realidad. Como propietario de una clínica, ha formado un equipo que comparte un sentimiento común y único: el amor por los animales. Cada mascota es tratada con amor, compasión y respeto. Está agradecido y bendecido por haber logrado el sueño de su vida y se siente honrado por la confianza depositada en él no solo por sus pacientes sino también por las personas que los aman. Valora las relaciones a largo plazo que se desarrollan con sus clientes mientras trabajan juntos para garantizar la mejor atención posible para sus mascotas. El Dr. Oliver cree que cuando haces lo que amas, no has trabajado ni un día de tu vida. El Dr. Oliver, su esposa y sus dos hijos viven con sus dos conejos, Tuti y Fruity, sus tres gallinas, Onix, Snow y Cloud, su tortuga Cuca y su canario "El Benny", así como su perra Lulú. Le gusta viajar, cocinar y hacer barbacoas con amigos y familiares.